Por Bergamini, Verónica. 3ª PEP. ISFD nº 34. Rosario.
En
el presente trabajo pretendo abordar la
temática de la convivencia en la escuela analizando sintéticamente las
diferentes relaciones que se dan dentro de la institución escolar y que
configuran la creación y/o fomento a un tipo de socialización determinada por
la manera en la que los distintos actores dentro de la institución se
relacionan.
Así mismo,
me parece importante destacar a la escuela como una institución que forma parte
de una sociedad, por lo tanto, al formar parte de ésta, no puede olvidarse el
contexto en cual la escuela realiza sus funciones de transmisión de cultura y
socialización. Tanto los docentes como los directivos y alumnos están inmersos
en un complejo entramado de relaciones, externas a la institución escolar, que
configuran en mayor o menor grado las formas de vincularse con otro dentro de
la misma.
En
este punto, como lo señala Norberto Boggino en su libro “Cómo prevenir la
violencia en la escuela”, “no es posible
abordar problemas complejos por medio de propuestas simples, pensando los
hechos violentos sólo a partir del alumno que los provoque o sólo el alumno y
su familia. Es necesario que la escuela, como organización y como institución,
se plantee instancias de prevención de indisciplina y violencia.”
Por
ende, resulta imprescindible que el abordaje a las problemáticas de violencia
escolar sea pensado de manera institucional y no como un hecho aislado que le
sucede sólo a ese niño o a ese grado en el que se generan los hechos de
violencia. Cabe destacar que aquí nos estamos refiriendo a la violencia que
“viene desde los alumnos” hacia sus pares o a los distintos actores de la
institución, pero no así de la violencia que va desde los docentes hacia los
alumnos, la que muchas veces puede ser simbólica (avasallando su bagaje
cultural), pero que muchas veces puede ser también explicitada a partir de “los
rótulos.”
Así
pues, en el marco de los modos de funcionamiento institucional y de los modos
de actuar de los directivos, docentes y alumnos dentro del ámbito específico de
la escuela, determinados procesos y objetos, determinadas prácticas y sucesos
serán portadores de unos u otros valores y generarán la construcción o
reconstrucción de determinadas normas sociales que serán las que rijan la
socialización secundaria dentro de la institución.
Estos
modos hacen referencia al tipo de participación que se promueve dentro del aula
y podemos encontrar varios tipos de ella*, aquí haré mención solamente a tres
tipos:
La
primera será la de la conducción autoritaria la cual se da por medio de la
imposición de un saber acabado y exige por parte del alumno una obediencia que
hace que los alumnos no operen con sus
propios criterios, lo que lo ubica en un rol opuesto al de la autonomía, por lo cual, si el adulto se
presenta sólo como un transmisor de saberes, el niño no reconocerá la
posibilidad de construcción conjuntamente con ese adulto de su propio proceso
de aprendizaje.
Como
segunda estructura de participación encontramos la falta de conducción, la que
implica, una intencionalidad se monta en un desinterés generalizado por las
acciones que se dan dentro del aula y en la institución.
Por
ultimo encontramos la conducción democrática, aquí el carácter de la normatividad
conlleva a promover la reflexión, la posibilidad de elección y la
reconstrucción de las normas en un marco de respeto mutuo. La intencionalidad
docente se orienta hacia la comprensión y construcción de saberes.
En
conclusión, cada tipo de participación que se promueva, promueve también un
conjunto de normas y valores diferentes entre sí. Por lo tanto, los procesos de formación de valores y normas
están compuestos por las formas en las
que se abordan los contenidos y la relación personal que existe entre docentes
y alumnos y dicha relación es directamente proporcional al respeto mutuo que se
promueva dentro del aula.
*En
el campo de la psicología social se hace mención a mas tipos de relaciones que
pueden surgir dentro de un grupo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario