Por Victoria Acosta. 3º PEP. ISFD Nº 34, Rosariio.
Hoy en día la violencia visible y no visible
se ha instalado en la mayoría de las escuelas. Lamentablemente, se esta
transformando en algo “normal”, se naturalizan estas situaciones de agresión
entre los alumnos o desde el docente hacia los estudiantes o al contrario.
Tampoco podemos descartar la violencia que se produce también entre maestros, o
familiares de los niños.
¿Esta situación es una particularidad de nuestro país? ¿Por qué? Para
pensar una respuesta rápida a esta pregunta, el cine nos da una respuesta
concreta. Hay películas norteamericanas, europeas y latinoamericanas que
muestran situaciones conflictivas que se producen en las instituciones
educativas.
Es por esto que es imposible negar la circunstancia histórica social que
vivimos. “Asistimos a una clara expansión de políticas propias del capitalismo;
quizás la significación preponderante hoy sea la de la expansión casi
indefinida del sistema y con ello, un desarrollo permanente del consumo.”
(Belgich)
Este modelo que estimula el consumo, la competencia personal, donde se
señala lo distinto, están presentes dentro de la institución escolar. Belgich
dice “pues reproduce de forma continua sobre la subjetividad aquel vacío de
sentido, el fragmentario proceso identificatorio donde las subjetividades
necesitan anclarse; es así que la escuela se consolida como un territorio
violento donde circulan violentamientos visibles e invisibles”.
Las formas mas comunes de violencia que se registran en el sistema
educativo son la cuantificación y la homogeneización. La primera es muy común
en proceso de enseñanza-aprendizaje, el
rendimiento escolar, las evaluaciones cuantitativas miden todo, una filtración más
del sistema en la escuela. La segunda, la homogeneización, busca lo mismo en si
mismo.
Ambas características no permiten el error por parte del educando dentro
del sistema. Esto se transforma en violencia simbólica producida por el sistema
escolar, son los estudiantes los más perjudicados. Es el niño quien termina
siendo el portador de la dificultad además del responsable de la misma. El
alumno que no supere estas trabas probablemente quede por fuera de la escuela.
Es necesario, rever todo el sistema educativo, los roles individuales,
las relaciones entre todos los integrantes del sistema educativo. Realizar una reflexión
individual que nos haga dar cuenta hasta que punto somos funcionales o no para
seguir reproduciendo este modelo.
Es necesario llenar la escuela de justicia, una justicia que es un amor
reflexivo, extendido a toda la humanidad. “Un contexto donde no exista el amor
particularizado hacia él y donde prime un ambiente injusto, producirá en el
niño una serie de sospechas sobre los otros, que se generalizarán con el
tiempo, y ello alterará su deseo y su inclusión”. Es necesario repensar como
provocar el interés por el aprender, conocer, en un contexto donde nada es
certero en nuestro futuro.
A esta altura es innegable pensar a la escuela como una burbuja aislada
de lo que sucede en nuestra sociedad, donde la violencia visible e invisible
sigue creciendo. Pero tampoco podemos
quedarnos cruzados de brazos esperando el cambio. La escuela tiene que plantear
soluciones y estrategias para poder abordar las situaciones que se viven en
ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario